Llegados a este punto, la principal preocupación era que el peso de la estructura de la cabeza (con toda la masilla en la parte frontal) se venía hacia delante haciéndola caer, incluso asegurándola y dejándola secar un buen tiempo.
Para arreglarlo, conseguí una varilla de metal y una placa de chapa. La placa de metal se fijaría a la base del cuello con masilla que, al endurecerse, quedaría bien sujeta, y la varilla curvada aprovecharía la posición del esófago para ser recubierta y hacer las veces de ésta parte de su anatomía. Aproveché también el orificio hecho en la estructura anteriormente mencionada para pasar la varilla por ahí e incrustarla en la cabeza fijándola con masilla a posteriori.
Como resultado, la escultura quedaba fija y sin bambolearse en ningún momento, ya que contaba con 5 puntos de sujeción.
Para adherir la estructura con piezas de plástico a la base del cuello, me serví de una pistola de silicona;
rápida, limpia y más eficaz que la masilla, ya que tarda en secar segundos (siendo más densa también que el pegamento instantáneo y pegando por lo tanto más superficie de una sola aplicación).
Para el acoplamiento de las orejas, de forma provisional me serví de dos trozos de alambre para cada una de ellas , que uniría con pegamento de contacto (lo más discreto).
Más tarde, incluiría una primera mano de pintura en la zona de la base (con la cabeza aparte, sin unir todavía) a fin de facilitar el proceso. Las tuberías y demás las acoplaría una vez ésto estuviese pintado, siendo pintada la cabeza también aparte durante ése proceso.
Ésta última foto fue realizada en la etapa pre-pintura, sin las tuberías y demás detalles sin acoplar, simplemente para hacerme una idea aproximada de las dimensiones finales de la pieza.
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